Si sois asiduos a restaurantes japoneses como yo, habrá muchas palabras que os sonarán (como me pasó a mi) y otras que os sonarán a chino (jaja, japonés).
Una de las recetas que primero me animé a hacer fueron las bolas japonesas. Me llamaron la atención desde el primer momento.
Quiero decir, que la primera vez que las hice me costó mucho tiempo hacerlas no quedaron muy allá. Después de esa primera vez, la cosa fue mejorando y ahora ya, ni cuesta tanto tiempo ni salen tan feuchas.
Lo primero que quiero aclarar es que las bolas de arroz japonesas son un alimento que se conoce como Onigiri.
O-nigiri,es un alimento japonés hecho de arroz y, a menudo envuelto en nori.
Tradicionalmente, un onigiri está lleno de UME en escabeche, salazón de salmón, katsuobushi, kombu, tarako, o cualquier otro ingrediente salado o amargo como un conservante natural.
A pesar de conceptos erróneos, onigiri no es una forma de sushi. Onigiri se hace con arroz blanco, mientras que el sushi está hecho de arroz con vinagre, azúcar y sal. Onigiri hace que el arroz portátil y fácil de comer, así como su conservación, mientras que el sushi se originó como una forma de conservar el pescado.
Como estamos cocinando macrobiótica, el arroz ha de ser integral, no blanco como el del sushi o el Onigiri actual.
Vamos con la receta: Yo la saqué del libro de Jorge Pérez-Calvo; ¡Revitalizate!
Necesitaremos: Para 1 persona.
1 hoja de alga nori
1 taza de arroz integral cocido
1 ciruela umeboshi o pasta de umeboshi.
Bien, aquí lo mas raro podría ser la ciruela o pasta de umeboshi. Es una variedad de ciruela muy usada por sus propiedades medicinales en Japón, China y Corea. Son un tipo específico de ciruela que se fermenta con sal marina durante varios años. Tienen un sabor amargo y salado, que al principio puede resultar raro al paladar, pero a mi, me encanta!
Y el alga Nori, es la misma con la que se hace el sushi, así que su sabor, os resultará conocido.
1. Partir el alga en 4 trozos iguales.
2. Humedecerse ligeramente las manos en agua y formar una bola de arroz compacta con las manos.
3. Con el pulgar, hacer un agujero hasta el centro de la bola, procurando que quede compacta y poner una ciruela dentro o pasta de ume (yo uso esta última).
4. Envolver la bola con dos trozos de alga y, para sellarla bien, humedecer un poco los bordes interiores del trozo de alga y unir con el otro trozo.
Y voila!
A comer!
Se pueden llevar para el almuerzo y aguantan bien unos días en la nevera.
